El sociólogo César Pérez, cree que en sólo un año y medio del gobierno de Luis Abinader y el Partido Revolucionario Moderno se han cometido muchos desaciertos que han empañado la imagen del mandatario, dando oportunidad a los partidos de oposición sacar ventaja de la situación.

Al participar en la entrevista central de El Despertador, Pérez enumeró algunas acciones que han mostrado cierta debilidad de esta gestión, que dan paso a pensar en la poca preparación de las medidas a tomar.

El frecuente cambio de decisiones, la percepción del predominio del sector empresarial, la influencia del gobierno en el Congreso Nacional, un partido que no defiende la obra de gobierno, sumado a la insistente demanda de empleo por parte de la militancia del PRM, además del incremento de la nómina pública y la no satisfacción de las expectativas creadas antes de asumir el poder, son algunas de las equivocaciones de este gobierno.

Sin embargo, para el experto en el estudio de la conducta humana y la sociedad, lo que le puso la tapa al pomo fue el contrato de fideicomiso de Punta catalina, el cual tuvo que echarse para atrás y enviarlo al Consejo Económico y Social para su evaluación y debate.

“Fideicomiso de Punta Catalina ha afectado la imagen del presidente… Podría ayudar si cambian todo y lo regula la ley del fideicomiso público…El daño está hecho, la leche fue derramada y no se puede recoger, ya lo que queda es arreglarlo”, sostuvo Pérez.

Dijo además, que los infortunios del gobierno podrían atribuirse al contexto sanitario, económico y social en el que asumió el poder Luis Abinader, sin embargo, señaló a que a la ciudadanía no le agrada un gobierno que no sea firme.

“El poder así no se ejerce, no puede dar muestras de debilidad porque eso envalentona la oposición, y hace que salga a enrostrar y decir que es débil y a la gente le gustan los gobiernos fuertes, que cuando toma una decisión la mantenga”, indicó.

César Pérez insistió en que un gobierno bien articulado, debe pensar en las medidas a tomar, en los costes, sin dejarse llevar por la prisa y basando las mismas en “sondeos, cabildeos y en las fuerzas políticas que lo podrían ayudar”.