Rafael Santos Badía, director del Instituto Nacional de Formación Técnico Profesional- tiene claro el trabajo que está desarrollando y debe realizar en esa institución para guiarla por el camino que demanda el mundo y los nuevos tiempos.

Espera en 2022 certificar 685,640 personas, ejecutar 37,965 acciones formativas y atender la alta demanda que tienen las empresas de técnicos con condiciones y cualidades para echarlas adelante.

Está pendiente de los pasos que va dando el universo en lo que respecta a transformación digital, robotización, inteligencia artificial y mecatrónica y no está dispuesto a permitir que el organismo a su cargo se quede rezagado en esos ámbitos –según explica- y por eso viene propiciando los cambios requeridos para mejorar y estar tres pasos adelante.

Entrevistado en el Desayuno de elCaribe y CDN, informó que el Infotep espera en 2022 atender 3,657 empresas en todas las categorías, cifra que representa un incremento de 407, en comparación con la meta de 2021, que fue de 3,250 empresas, para un aumento de 12.5 %.

Están incluidas 765 grandes empresas, 1,136 empresas medianas, 1,035 pequeñas y 721 microempresas. Pero el organismo se ha abierto otros frentes: Tiene diseñado un plan piloto en beneficio de jóvenes vulnerables, con el que busca principalmente capacitar a los jóvenes de los barrios de la parte alta de la capital, en ocupaciones técnicas de fácil empleabilidad. El plan piloto contempla proveer a los participantes de transporte, alimentación y un subsidio de 500 pesos diarios, con el único compromiso de que no podrán abandonar las aulas hasta que culmine su proceso de capacitación.

Será ejecutado con fondos aportados por la Unión Europea, lo que indica que no se verá afectado el presupuesto anual de la institución. El centro de formación técnica estará en el sector Mejoramiento Social, e impactará los barrios La Zurza, Villas Agrícolas, Villa Juana, Villa Consuelo, Ensanche Luperón, Ensanche Capotillo, Simón Bolívar, 24 de abril, Ensanche Espaillat, María Auxiliadora, Villa Francisca, Domingo Savio y Gualey.

República Dominicana es un país eminentemente agrícola y el Infotep y su director Rafael Santos lo saben. La institución se propone instalar la Escuela Agro-Industrial, con la que buscará capacitar en tecnología aplicada a la agricultura.
“Nosotros tenemos que formar técnicos tradicionales, y de esos graduamos 151 mil el 27 de octubre (año 2021) y dentro de esa cantidad hay 2,230 técnicos de salidas terminal (así se llama a los técnicos que para hacer ese curso debían ser bachilleres y durar entre dos y 2.5 años en esa capacitación) y había poco más de 150 mil que son técnicos auxiliares”, explica Santos Badía, en la conversación sostenida a media mañana.

Le han acompañado al encuentro tanto la subdirectora del Infotep, Maira Morla, así como Orlando Almonte, director de Formación Profesional, y Desireé Martínez, directora de Comunicaciones.

“Esa cosecha de graduados se la entregamos a la sociedad”, expone, sin esconder la satisfacción que le genera decirlo. Conoce suficiente sobre la educación dominicana, incluyendo la impartición de docencia, y parece ponerlo a prueba en cada entrevista.

Esa educación de la que Rafael Santos habla con soltura está compuesta por tres sistemas, con igual número de autoridades que los rigen. Uno es el sistema de educación preuniversitario, por vía del Ministerio de Educación; otro es el sistema de educación, ciencia y tecnología, que lo rige el Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología, y tercero es el subsistema de formación técnico profesional, por vía del Infotep, en virtud de la Ley 166-80. “Muchos parques industriales de República Dominicana están utilizando los equipos de producción, y la lógica de producción de la cuarta revolución industrial”, asegura Rafael Santos, mientras echa una mirada al pasado, junto al director del periódico elCaribe, Nelson Rodríguez, de lo que fue en sus momentos la primera, la segunda y la tercera revolución industrial en el mundo. “En la segunda revolución, los obreros, que pensaban que sus enemigos eran las máquinas, tuvieron la reacción de romperlas, cuando vieron desplazamientos”, rememoró.
Y advirtió que “en esta cuarta revolución habrá desplazamientos y los hay, tomando en cuenta que trabajos que realizaban 200 trabajadores, lo hacen cuatro o cinco técnicos que programan robots”.

Pero enseguida agrega que esa mala noticia que representa el desplazamiento tiene a su vez una buena noticia: “Como toda revolución, va a producir más empleos de los que se van a perder, pero para poder ocuparlos se necesitan otras capacitaciones y es por eso que el Infotep dijo que necesitaba formar 100 mil técnicos de la cuarta revolución industrial entre los años 2021 y 2024”.

“No vamos a poder cumplir con la meta de 10 mil prevista de 2021 a 2022”, admite. Pero aclara que no se podrá porque no todos los centros dominicanos están preparados para formar técnicos 4.0. “Segundo, un técnico auxiliar al Infotep le puede costar al término de su formación 14 o 15 mil pesos; un técnico de la cuarta revolución le cuesta 42 mil pesos”.