El alza en el precio de los vehículos obedece a varios factores, internos y externos: la escasez de unidades, nuevas y usadas; la demanda de estos y la tasa del dólar, de acuerdo a vendedores consultados.

 La escasez mundial de microchips, otra de las consecuencias derivadas de la pandemia de coronavirus, está provocando retrasos en la producción de automóviles nuevos, y a finales de 2021 se estimaba que la problemática le causaría pérdidas a la industria automotriz para ese año por 210 mil millones de dólares, al dejar de construirse 7.7 millones de vehículos menos de lo previsto, según recoge una historia de la revista Forbes.

La crisis de los microchips se inició cuando, a principios del virus, los fabricantes automotrices tuvieron que suspender durante semanas la producción de vehículos, debido a las medidas de confinamiento para frenar los contagios de la enfermedad, adoptadas por numerosos países, lo que redujo las órdenes de compra a sus proveedores.

Al mismo tiempo, otros sectores de la economía experimentaron un aumento de la demanda de productos que requieren microchips, por el mayor número de personas trabajando y estudiando desde sus hogares.

Debido a esa situación, en Estados Unidos, General Motors, Ford y Stellantis, los tres mayores fabricantes automotrices, se vieron obligados a suspender la producción de algunos modelos y a destinar los chips a aquellos modelos que son más rentables para cada compañía.

Peña, quien es administrador del dealer AutoStore RM, entiende que el costo de los vehículos se va a estabilizar, aunque proyectó que será a “muy largo plazo”.

“Una Toyota Hilux 2022 (camioneta), que yo se la vendí en 56,500 dólares en agosto a un cliente, se volvió a revender ahora, usada y con cinco mil kilómetros, en 58,500 dólares; 2 mil más de lo que costó nueva”.

Esta cita, que corresponde a Juan Peña, administrador de uno de los dealers ubicados en la avenida 27 de Febrero, en el Distrito Nacional, resume el período que vive la industria automotriz: una revalorización de los vehículos nuevos y usados, causada por varios factores.

Peña declaró que, además del aumento de los 2 mil dólares en el precio de la citada camioneta, el cliente tuvo que pagar otros 55 mil pesos por el traspaso. “Y yo tengo la información de que ese mismo vehículo, cuando llegue nuevo a final de abril, porque no hay, va a costar entre 62 mil y 63 mil dólares”.