Los principales dirigentes sindicales del país negaron que los obreros del Central Romana sean sometidos a trabajo forzoso, como alegó la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés), y rechazaron el veto de ese organismo al azúcar sin refinar y otros productos procesados en esa empresa.

Rafael (Pepe) Abreu, presidente de la Confederación Nacional de la Unidad Sindical (CNUS); Gabriel del Río, secretario general de la Confederación Autónoma Sindical Clasista (CASC), y Jacobo Ramos, presidente de la Confederación Nacional de Trabajadores Dominicanos (CNTD), advirtieron sobre las funestas consecuencias de la medida y pidieron sea dejada sin efecto.

Abreu aseguró que nadie con cierto nivel de honestidad puede decir que en el país existe trabajo forzoso.

GABRIEL DEL RIO

De su lado, Del Río opinó que «el problema no es el Central Romana, sino que es una posición de Estados Unidos frente a la República Dominicana ante la repatriación de ilegales haitianos».

“Estados Unidos quiere imponerle al país condiciones que no son aceptables. No podemos permitir esa invasión permanente de trabajadores haitianos hambrientos”, subrayó.

Declaró que la mano de obra haitiana ilegal está afectando el trabajo de los dominicanos.

“No nos pueden imponer como país, lo que ellos entiendan y quieran. El problema haitiano se resuelve en Haití con la ayuda internacional”, precisó.

Dijo que «ya la República Dominicana ha ayudado bastante a Haití. Queremos agradecer a los haitianos que han aportado al desarrollo del país, pero que sean legalizados en función de las necesidades».

JACOBO RAMOS

Por su parte, Ramos advirtió que en el Central Romana hay alrededor de 30 mil empleos que se podrían perder por el veto. “No son solo extranjeros, también hay dominicanos”, aclaró.

Los sindicalistas hablaron en un encuentro con el Grupo de Comunicaciones Corripio.