El presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, se reunió ayer lunes con una misión de alto nivel del gobierno de Estados Unidos a fin de buscar los mecanismos más adecuados para recibir cooperación en seguridad y defensa que permita al país andino afrontar la lucha contra el crimen organizado y narcotráfico que han desatado una espiral incontenible de violencia.
Noboa mantuvo, junto a sus ministro de Defensa, Interior y otros del eje de seguridad, un encuentro reservado con Christopher Dodd, enviado especial para las Américas del presidente de Estados Unidos, y con la general Laura Richardson, comandante del Comando Sur.
Al final de la cita, la canciller ecuatoriana, Gabriela Sommerfeld, aseguró que la presencia de esta delegación “es una señal política potente y concreta de respaldo… en el conflicto armado contra el terrorismo, narcotráfico y crimen organizado transnacional” que busca devolver la paz a los ecuatorianos.
Además, mencionó que para Ecuador es un prioridad la ampliación del acceso a mercados para los bienes y servicios, la atracción de inversión y financiamiento como parte de las acciones para crear bienestar y desarrollo de los ecuatorianos, así como alcanzar acuerdos para una migración ordenada.
En la delegación visitante también estaba el subsecretario adjunto de la Oficina de Asuntos Antinarcóticos y Aplicación de la Ley, Christopher Landberg.
“Estados Unidos como el mundo han visto lo que está pasando en Ecuador y saben lo importante que es tener protegido a Ecuador”, había dicho Noboa en una entrevista con la red de televisión Teleamazonas antes de recibir a los visitantes en la que aseveró que el país “se ha vuelto una pieza clave dentro de la estructura y las rutas de estos grupos narcoterroristas”.
Acerca del apoyo estadounidense Noboa señaló que paralelamente Ecuador también necesita “algo esencial: refinanciamiento de deuda externa… para que mientras luchamos esta guerra no estemos ahorcados financieramente”.
OLA DE INSEGURIDAD
Desde inicios de 2021 bandas del crimen organizado ligadas al narcotráfico han desencadenado una ola de inseguridad con muertes violentas, extorsiones, secuestros y reiterados motines en las cárceles que pareció llegar a otro nivel la semana pasada cuando un grupo de encapuchados tomó un canal de televisión con armas y explosivos, lo que fue transmitido en vivo.
Unos días antes desapareció de una cárcel de Guayaquil Adolfo Macías, alias Fito, el peligroso líder de la mayor organización criminal del país, Los Choneros, y luego huyó otro líder regional de otra banda, Fabricio Pico, quienes no ha podido ser localizados.